lunes, 31 de diciembre de 2018

Adiós 2018...

Este fue un año de sorpresas y demasiado que agradecer, así que empezaré:

Un año más de salud, autoconocimiento, de paciencia, de templanza, de cambios y movimiento.

Un año más de trabajo, tanto estable como de proyectos independientes.

Un año más de aprendizaje, tanto interno como externo.

Un año más de inspiración aunque con poco tiempo para plasmarla.

Un año más de amor, tanto propio, como familiar hasta el más reciente que me ha tocado vivir ahora... El de pareja.

Un año más de experiencias, tanto positivas como negativas.

Un año más de este blog, que con aprovechar esos pequeños instantes libres, sigue vigente y muy pronto por cumplir su segundo aniversario.

Y por último, pero no menos importante, a quienes se dan el espacio de leerme, espero haber contribuido a amenizar sus ratos de ocio haciendo volar su imaginación. Espero sigamos por muchos años más o los que tengan que ser.


¡Adiós 2018!

¡Bienvenido 2019!






domingo, 30 de diciembre de 2018

La Luna de Yule...

La humanidad está recibiendo otro ciclo de oscuridad más, fue antecedido por fuertes frentes fríos, llegó el solsticio de invierno, anunciado por una majestuosa Luna llena, la última de diciembre, la guardiana nocturna se engalanó en su mejor traje plateado para despedir el mes, nos regaló una lluvia de estrellas, las úrsidas, específicamente, al venir de la constelación Osa Menor (Ursa Minor, en latín). De esta manera está por culminar el año 2018.





Para mí ha terminado de forma distinta a otros, me deja un buen sabor. Luego de recibir inspiración de algunas musas y de otros seres más palpables pero igual de platónicos y de paso efímero, llegó por fin un amor que se perfila real y mucho más concreto.

Un lobo con alma de gato, o tal vez, sea al revés, pero definitivamente, tiene ambas naturalezas en su ser, era lo justo, los seres de esencia nocturna deben encontrarse y permanecer juntos. Espero el destino nos lleve lejos y estemos por mucho tiempo, el que deba ser.

Mi querido Gati-Lobo, de aquí a donde nos lleve la vida y espero coincidamos en otras.




  

sábado, 15 de diciembre de 2018

Jardín de invierno

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. Pablo Neruda ( Parral, Región del Maule, Chile 1904- Santiago de Chile, Chile 1973)


Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.

Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.

Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis germinaciones.





 

sábado, 8 de diciembre de 2018

Andanzas 7: Museo Soumaya

Del metro Rosario Línea 7 siguiendo y sin hacer transbordos, bajando en Polanco, comenzó la andanza en día de asueto. Recuerdo que ya hace algún tiempo visitar ese museo, en aquella ocasión no me dió tiempo de recorrerlo todo, ahora me dí ese gusto de hacerlo con más detenimiento.



 "La puerta del infierno". Aguste Rodin



Varias exposiciones: Arte sacro novohispano, arte medieval europeo, pinturas impresionistas y vanguardistas, arte en figuras de marfil procedentes de Asia que abarcaban diversos siglos y la que más llamó mi atención, Auguste Rodin, Escultura europea de los siglos XIX y XX en donde es evidente la inspiración del arte clásico griego.



Juego de ajedrez en mármol


Una de estas esculturas en especial me fascinó: Ródope que reposa de Charles Francis Fuller, este perosonaje en el cual se basó para realizar su escultura es considerada la Cenicienta egipcia, en la cual de igual manera Disney se inspirara para la creación de su versión infantil animada.





Hay muy pocos registros de su vida históricamente hablando, cuenta con algunas referencias en las obras de Safo de Lesbos y del geógrafo Estrabón, por lo cual su existencia se ve reducida a la cualidad de leyenda.




Los luchadores


Fue raptada y transportada hacia la provincia helena de Egipto en calidad de esclava, era una mujer de gran belleza y exquisitamente educada, dadas sus características, las otras esclavas se sientieron celosas, quienes pronto la sumieron a las tareas más agotadoras y humillantes, debido a esto, fue una mujer solitaria que aliviaba su tristeza con la compañía de los animales que vivían alrededor del palacio donde servía. Una tarde, después de una larga y agotadora jornada de trabajo, fue bañarse al río, mientras lo hacía, un halcón robó una de sus sandalias, ella lloró de la pena, puesto que era el único calzado que tenía.


Ródope que reposa


El halcón voló hacia el palacio del faraón y depositó a sus pies aquella sandalia, lo cual tomó como una señal del dios Horus que le indicaba que debía encontrar a la dueña de aquel calzado, envío emisarios a cada rincón del país para que la encontrasen, yendo el mismo también en su búsqueda, convirtiéndose en una obsesión que le quitaba el sueño.

Cuando llegó al palacio a donde ella vivía, las otras esclavas la obligaron a esconderse y se apresuraron a probarse la sandalia; sin embargo, a ninguna le quedó, Ródope escapó del cautiverio, el faraón nada más de verla se enamoró, al darse cuenta que era la dueña de la sandalia, se la llevó a su palacio y se casó con ella, convirtiéndola en la reina de Egipto. Éste es el ídilico origen de la famosa historia de Cenicienta.

Luego de una educativa e interesante mañana en el museo, no hay como terminar el día contemplando el imponente atardecer desde una terraza en Centro Histórico, observando con claridad los volcanes que resguardan a la ciudad a lo lejos, viendo como va cambiando de tonalidad el cielo dando paso a la noche y claro está, muy bien acompañada.








sábado, 3 de noviembre de 2018

Entre la vida y la muerte

Conversión de Jalil Abbud:



"Una espesa oscuridad nubló mi visión, sentía que mis pies andaban en línea recta, no podía tropezar con nada, al menos no tuve ese temor. De pronto, topé con pared, la fui tanteando hasta encontrar una puerta de madera, la abrí con reserva, se fue filtrando la luz, al abrirla por completo no daba crédito con el paisaje que tenía ante mí.



Un jardín exuberante con altas palmeras, abundaban fragantes jazmines y orquídeas; en medio de todo, un ojo de agua diáfana, las sensaciones me llegaban triplicadas: los olores, los sonidos de los cánticos de las aves de colores que revoloteaban a mi alrededor, mi vista ahora era perfectamente nítida, no precisaría de esos lentes que últimamente me habían sido tan necesarios.







Tuve la sensación que haber estado aquí antes, ¿Cuándo?, permanecí unos minutos meditando, no sentía calor pero un impulso me llevó a mojar mi rostro en aquellas aguas tan claras cuando me vi interrumpido por una voz ronca me cuestionó:

-          ¿Te has refrescado lo suficiente? Nos aguarda un largo camino-.



Alcé la vista, era un hombre protegido con el típico traje azul de los tuareg, sólo se asomaba su oscura mirada que expelía autoridad, acerté a asentir con la cabeza:

-          ¿A dónde vamos?-.



No contestó, me limité a seguirlo, me dio las riendas de un magnífico caballo blanco, un ejemplar pura sangre árabe, hasta ese instante me di cuenta, esta escena la había vivido antes, en una de mis huidas al desierto cuando era un niño, un tuareg me encontró vagando, pasamos por un oasis cercano por agua y me llevó de regreso al Cairo, al parecer era un pariente muy lejano. A partir de ese momento aquel hombre en específico se convirtió en un gran consejero.



El trayecto fue silencioso, el día terminaba, los rayos solares dieron paso a la sonrisa de la Luna, cuando por fin llegamos, teníamos a las pirámides de Giza como escenario, había una tienda, me indicó que entrara, tan pronto lo hice aquel hombre sabio del desierto desapareció junto con los caballos.







Traté de conciliar el sueño en vano, caminé por los alrededores, fui testigo de un amanecer similar al que presencié cuando le pedí matrimonio a Gemma, una extraña tranquilidad me invadió un fuerte olor a sándalo me atrajo a una tienda totalmente blanca en cuyo centro se hallaba  una pequeña mesa de madera sobre la que había una bandeja de plata con su respectiva tetera y vasos a juego de donde emanaba un oloroso té de menta, la mesita se encontraba rodeada por diversos almohadones bordados.



Una anciana salió a mi encuentro, de inmediato supe que era mi jaddati, mi querida abuela, me sonrió y señaló:



-          El té está servido, compartámoslo antes de que te vayas-.

-          Y si, ¿quisiera quedarme aquí contigo?-.



Era en verdad atrayente permanecer ahí, me olvidé de todo, la amenaza de Gauthier, mis ganas de seguir adelante con los proyectos que había iniciado, tan engañosamente seductor que hasta había relegado la mirada, la sonrisa hechizante, el atrapante aroma, la voz, la sensación de calma; en fin, todo aquello que es Gemma. Ese pasaje que se experimentaba durante la conversión era una prueba más, la misión de los seres queridos era impulsarnos a seguir porque era condenadamente atractivo quedarse, entonces…



Soltó una de sus habituales carcajadas y negó con la cabeza:





-          Entonces no servirá de nada lo que has hecho hasta ahora, generaciones atrás de ti han deseado labrar su propio destino, han querido escuchar su propia voz, tú lo has hecho, siempre supe que lo harías, sigue adelante, que no te abandone ahora el valor que muchos de nosotros no tuvimos-.



Como siempre, tenía razón, bebimos té, reímos, lloramos, nos abrazamos, bendijo mi unión con Gemma y me entregó otro caballo blanco, cuando apenas llevaba unos cuantos galopes y volví la vista, todo había desaparecido, sólo me quedaba desierto por delante.

El mediodía dio paso al ocaso y muy pronto al anochecer, de nuevo encontré un oasis, en esta ocasión había una tienda abandonada en la que pernocté acostado viendo el firmamento nocturno hasta que amaneció.



Al salir de la tienda me sobresalté al no ver al pura sangre blanco con el que había llegado pero de la nada llegó otro corriendo a encontrarme, luego de beber bastante agua, emprendimos el camino, cabalgamos por un gran lapso de tiempo, fueron muchas horas aunque no podría asegurarlo. De pronto nos guiamos por un rugido, parecía el de una marea, en efecto, era el oleaje, estábamos cerca del mar, de nuevo el atardecer se hizo presente, sentí que habíamos llegado al final del viaje, ¿Qué debía hacer?, el caballo fue sumergiéndose en el agua hasta que desapareció, por inercia lo seguí hasta la que la marea me arrastró y la vez que me ahogaba, sentía que volvía a la vida”.



Fui abriendo los ojos, estaba sobre una cama, estaba recibiendo una transfusión, en ese momento entraron Axel y Vladimir, me desconectaron, indicaron que ya estaba estable, anunciaron que pronto Gemma vendría verme, a ella también le habían hecho una, me explicaron que tanto inmortal como neonato debían recibir la misma transfusión, ya que el primero perdía mucha de su energía, el segundo despertaría con una sed desmedida que le orillaría a alimentarse con el primer humano que encontrara y ese era un comportamiento que se evitaba a toda costa, por eso ellos tenían que servir de apoyo en todo momento en este acto.



Me sentía revitalizado, imparable, con el tiempo a mi favor, sólo tenía que ser paciente durante  los siguientes 5 años que se requerían para controlar el apetito, por lo cual, no podría exponerme demasiado a la luz solar porque me debilitaría a tal grado de perder el control pero puesto a que con la conversión se adquieren parte de las habilidades del conversor, precisé de menos tiempo, mi existencia transcurrió más o menos normal de lo que puede ser dentro del mundo inmortal, logré mis próximas metas y pude darle a mi esposa un hogar en la campiña inglesa a donde escapar e inspirarse para sus próximos diseños, de igual forma yo lo veía así, pude conocer más a los miembros de la familia vampírica y en muchas ocasiones junto con Gemma fungí como consejero, aproximadamente por el año de 1963 recibí una llamada procedente del Cairo, extrañamente mi hermana consiguió nuestro número del departamento que siempre ocupábamos cuando trabajábamos en Londres, acudir a ese llamado urgente una vez más cambió nuestra existencia y contribuiría a aumentar aquel clan del que ya soy parte, pero esa, es otra historia.





sábado, 13 de octubre de 2018

Extracto de Pijamas y palomitas (Del baúl del pasado)


Pensamientos de Minerva. Personaje principal (cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia)



Mi forma de ser, ¿Cómo describirla?, según yo, soy soñadora, constante, perfeccionista, idealista, solitaria, constantemente a la defensiva, casi siempre tratando de ocultar una sensibilidad latente y que me apena un poco exteriorizar, tiendo a deprimirme, aunque he sacado provecho a esta situación, me ha servido para echarle más ganas y mantenerme ocupada para bien.

A veces es difícil tratarme porque generalmente me aparto del mundo, me cuesta trabajo confiar, tiene que pasar mucho tiempo para que pueda abrirme con alguien, depende de la vibra que me llegue de las personas, es un fenómeno raro de explicar, ¿no les ha ocurrido esto?, hay individuos que tienen “algo” que hace que de inmediato te simpaticen y otros parece como si los hubiera rociado un zorrillo porque ni de chiste te les acercas.

Tengo que reconocer que en algunas ocasiones estos presentimientos fallan, no sé en que consistirá, es cuando vienen las decepciones, el problema comienza cuando empezamos a idealizar a quien no debemos, las voces de nuestra conciencia nos advierten, a veces es la misma persona quien lo hace, no escuchamos, hacemos caso omiso, pienso que esa es la raíz del sufrimiento innecesario, pero después esa experiencia nos sirve para madurar y no regarla tanto la próxima vez.

Es por tales motivos que la melancolía que me invade es por partida doble: el fin de una etapa que me ha marcado para siempre y el haberme enamorado de quien no debía, pero no me quejo, todos los eventos desafortunados y afortunados tienen una razón de ser.

Otro día que transcurre lento en medio de un calor infernal, odio este clima, me sofoca, por eso me alegra el anochecer porque siempre refresca, más cuando permanezco un largo rato a la intemperie, ojalá que mañana amanezca nublado, ojalá que llueva pronto, la luna me observa, ¿se reirá de mí? , ¿Llorará conmigo?, ¿compartirá mis penas?

Las tres de la mañana y sigo despierta, me pongo a pensar en muchas cosas que tal vez no tengan solución, o no dependerá de mí resolver, el mundo atraviesa por una grave crisis económica y por un brote de influenza que amenaza con convertirse en una pandemia que azotará millones de vidas, esto ya ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad, ¿Quién dice que no puede suceder ahora?, lo peor es que este tipo de desastres por lo general culmina en una guerra, espero que no sea así, porque entonces sería el fin seguro del planeta.

Otro asunto es la incertidumbre, ¿Qué haré después de la graduación?, hay tantas cosas que quisiera hacer: encontrar un buen trabajo, meterme a un buen curso de idiomas, seguir adelante con mi pasión por la escritura, más adelante que haya ganado dinero consideraría independizarme, pagarle los estudios a mi hermana, comprarle la casa de sus sueños a mi madre, desgraciadamente las oportunidades de empleo no abundan en el país. 







domingo, 7 de octubre de 2018

Otoño

Juan Ramón Jiménez (24 Diciembre de 1881. Moguer, España- 29 Mayo de 1958, San Juan, Puerto Rico)



Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.





martes, 2 de octubre de 2018

Memorial de Tlatelolco

Poema sobre la matanza de estudiantes del 2 de Octubre de 1968. Rosario Castellanos (25 de Mayo de 1925 Ciudad de México- 7 de Agosto de 1974 Tel Aviv, Israel)


La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.
Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
Para que nadie viera la mano que empuñaba
El arma, sino sólo su efecto de relámpago.

¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?
¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
¿Los que se pudren en el hospital?
¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?

¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en el radio, en el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)

No busques lo que no hay: huellas, cadáveres
que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa,
a la Devoradora de Excrementos*.
No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.

Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria.
Duele, luego es verdad. Sangre con sangre
y si la llamo mía traiciono a todos.

Recuerdo, recordamos.
Ésta es nuestra manera de ayudar a que amanezca
sobre tantas conciencias mancilladas,
sobre un texto iracundo sobre una reja abierta,
sobre el rostro amparado tras la máscara.
Recuerdo, recordamos
hasta que la justicia se siente entre nosotros.



* Referencia a la deidad Tlazolteótl, en la cosmogonía azteca, la que escuchaba los pecados, el equivalente al confesor en el catolicismo.





sábado, 29 de septiembre de 2018

Crónica de una condena (Flor de Luna)


REENCUENTRO

Alguna zona boscosa aledaña a Madrid, España, miércoles 27 de marzo 2013
12:30 am

Quedamos de vernos en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, posteriormente rentamos un auto, casi no hablamos durante el trayecto pero podía jurar que en nuestras mentes se concretaban varias conversaciones detrás de una fachada angustiada.

Así estábamos las cuatro: Gemma, Karyme, Miranda y yo, cada una sumida en sus pensamientos, cruzando miradas de vez en cuando, cada una protegiendo su mente de una incursión, supongo que la información clasificada que cada quien poseía saldría a la luz, una vez que estuviéramos con Gauthier.

Hacía siglos de la última vez que en que siquiera había visto aquella mansión perdida en el bosque, procuraba evitar esos recuerdos, aunque ya no causaban ningún disgusto; por lo cual, Gemma fue la encargada de conducir hasta allí. Visiblemente descuidada, se encontraba aquella propiedad, ni sombra de lo que alguna vez fue, no me extrañó, puesto que a su dueño no le importaba nada; sin embargo verlo de nuevo sí me sorprendió.
Nos aguardaba en la entrada, notablemente recuperado, había vuelto a ser el caballero guerrero de antaño aunque ya no exudaba esa sexualidad agresiva y atrapante que de igual forma lo caracterizaba, ¿Cuánto tiempo le habrá tomado recuperarse? Era una de las tantas preguntas por hacerle.

En cuanto vio a Gemma la abrazó, los ojos de ambos se aclararon, en los de él vi genuina conmoción, algo que nunca había demostrado en siglos de conocerlo, aunque haciendo un poco de memoria, con las únicas que se quitaba la coraza en ocasiones era con ella; su madre, hermana, amiga y líder, siglos después, también lo haría con mi descendiente, el amor de su existencia.

Con Miranda y Karyme fue cordial pero distante, me dejó al final, terminándome de sorprender al abrazarme y decirme en voz baja: “tenemos mucho de qué hablar”, “lo mismo estaba pensando”- le contesté.

Por dentro la casona no se veía tan deteriorada, había espacios acondicionado para visitantes de confianza; especialmente para nosotras, y en otros, de plano brillaban por su ausencia los muebles o cualquier otra ornamentación. Gemma y Gauthier se dirigieron al que había sido su despacho, las demás nos fuimos a instalarnos y luego, al notar que aún no salían, fuimos a dar una vuelta por los alrededores. 

Apenas reconocí el lugar, todo había cambiado, las escasas residencias de la zona también se veían abandonadas, Miranda tenía el temor de que al volver ahí, un sitio donde había vivido emociones tan intensas me trajera dolorosos recuerdos e hiciera mella en mi estado de ánimo; sin embargo, no sentí nada, con toda honestidad puedo decir que mi mente está ocupada en las mismas preocupaciones que nos atañen a todos en estos momentos, las principales que nos trajeron aquí en primer lugar, después las que vayan surgiendo, todo este tiempo me ha acompañado la sensación de que no la tendremos tan fácil para salir de este embrollo.

Algunos misterios se irían aclarando con el paso de los días, se vendría una reunión de Consejo (mi última vez como testigo) y esa conversación pendiente que tendría con Gauthier.