martes, 3 de septiembre de 2019

Madrugada Febril. Página 1


Primer página de una novela que empecé a las 19 años y como historia corta, ahora que la reeleo, ya no me convence tanto, hay mucho que quiero cambiarle.


Mi nombre es Yamilet[1] soy una mujer solitaria y triste, creo que el haber perdido a mis seres queridos contribuyó a que cayera en un estado de gran desánimo, no sabía que hacer para salir de esto, así fue como surgió la idea de un viaje que cambiaría mi vida para siempre, conocería al amor de mi vida. Hace once años  murió mi padre, fue una gran pérdida, pero mi madre se esforzó para que no me afectara tanto y gracias a ella no caí en depresión y logré todas mis metas.

Mi infancia no fue muy normal que digamos, no fui la típica niña que vestía de rosa, usaba tonos oscuros, me la pasaba leyendo y escribiendo cuanta cosa se me ocurría. Era fan de las películas de terror sobretodo de aquellas cuyos personajes principales fueran seres míticos. Fui la cerebrito del grupo, era obvio que no encajaba en muchos sitios, a la que siempre usaban para tareas y exámenes, únicamente para eso, luego me volvían a considerar un bicho raro.

No me importó convertirme en una solitaria, eso acrecentó mi imaginación llevándome a ser lo que soy ahora. Escuchaba música de estos grupos: The Doors, Metallica, The Pixies, Black Sabbath, Pearl Jam, Bad Religion, Pink Floyd, y muchos otros.

Mis ideas no concordaban con la mayoría que tenían las chicas, todas querían casarse y tener hijos, no me apetecía acabar así, amo mi libertad y disponer de mi tiempo como se me antoje. Además no había conocido a nadie que me hiciera vibrar, que lo tuviera todo o al menos casi todo, los guapos no tenían cerebro ni personalidad (al menos a los que he tratado), pero no puedo negar que me di mis buenos momentos con algunos.


Nunca tuve una relación seria, creo que influyó la muerte de mi padre, después de esto mi madre se deshizo de algunas de sus cosas, yo le ayudé a elegirlas, había una caja en un rincón, la abrí, era una serie de textos que él había escrito en su juventud, fue el sueño que nunca pudo cumplir, ahora sabía de donde obtuve ese talento, a partir de ese instante me propuse a lograr lo que él no pudo hacer.


Jamás perdí mi trasfondo oscuro y melancólico, eso me inspiró para escribir la mayor parte de mis libros, gracias a que gané un concurso y a un gran golpe de suerte conocí a dueños de editoriales que se interesaron en mi obra, más tarde llegaron la fama y la fortuna.



[1] Nombre femenino de origen árabe que significa mujer bella, graciosa.
  





 

No hay comentarios:

Publicar un comentario