Otro año más de vida, el cual empezó con muchas emociones encontradas:
Alegría por una amiga que comenzó una nueva etapa y la festejó como siempre quiso.
Angustia al perder un trabajo pero esperanza al encontrar en seguida otro y descubrir que es mi verdadera vocación.
Ansiedad por tres maravillosos viajes, en los que me extasié con los paisajes, obtuve experiencias que estarán grabadas en mi memoria (que aún me faltan por contar en este blog) y buenos momentos compartidos con personas maravillosas.
Ilusiones, decepciones, reencuentros y desencuentros, todo lo acontecido, del principio al final, me ha dejado un valioso aprendizaje.
A quiénes estuvieron presentes, a quiénes lo están y a quiénes estarán, gracias infinitas.
No sé cuanto tiempo me reste en este mundo, sólo espero que se me otorgue el suficiente para aprender lo necesario, para enfrentar mis temores, para seguir creciendo mundana y espiritualmente.
A todos ustedes que se tomen los instantes para leer este entrada:
¡Mi agradecimiento será eterno!
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