viernes, 17 de febrero de 2023

 


Mi negro pasado


¿Qué tantos secretos abundarán en nuestras respectivas historias familiares?


Investigar nuestro árbol genealógico. Esa tarea que la mayoría de nosotros tenemos pendiente, una misión ardua que de ser cumplida, contestaria una buena parte de nuestras dudas existenciales, además de ser sumamente terapéutico.


Eso ocurre con María, a quién le era ajeno todo ese bagaje de sabiduría ancestral y traumas con las que su línea familiar fue cargando de generación en generación, justo con ella se abrirá en arcón de los recuerdos, al juntársele tres sucesos que la sacudirán: el nacimiento de su hijo, el abandono de su marido y la muerte de su madre.


Es en el último evento donde reaparece una figura importante, su abuela Lucía, quién la instruirá en el arte culinario, le compartirá sus conocimientos herbolarios y la distraerá con el uso de la aguja y el estambre. Juntas recordarán y descubrirán historias familiares de amor, desamor, miedos, rebeldía, represión y recetas de cocina. El tiempo compartido con la abuela Lucía cambiará a María para siempre, otorgándole el valor y coraje para tomar decisiones definitivas. 

Un reencuentro con sus raíces que la ayudará a reconciliarse con su presente para avanzar con una confianza renovada en sí misma. 


Esta obra nos otorga una gran novedad: acompañamiento musical en cada capítulo al alcance de escanear un QR, una prueba más de que lo tradicional y lo nuevo se unen para otorgarnos momentos mágicos que atesoraremos por mucho tiempo. El desenlace perfecto de la secuela Como agua para chocolate de Laura Esquivel.  

 

 

 

  


miércoles, 15 de febrero de 2023

 

Recuento de más de dos años de ausencia...


Sé que he tenido bastante abandonado este blog y vaya que han transcurrido bastantes cosas, tanto a nivel personal como general. Estos tres últimos años han sido especialmente complicados para la humanidad: enfermedades, muertes, desastres naturales, futuro incierto, etc. Eso sí, parecidos a otras etapas históricas; y sin embargo, aquí seguimos. 

Quizá muchos de nosotros teníamos un sinfín de proyectos que tuvimos que aplazar o transformar. De mi parte, era viajar con mi pareja y documentar esos viajes, así fueran salidas a pueblos cercanos. Eso se tuvo que detener, a pesar de eso, hay mucho por lo que tengo que agradecer. 

Tengo salud y a mi familia completa, algo que por desgracia; muchas personas no están teniendo y espero llegue pronto la paz a su alma. Tengo un trabajo que me apasiona, sólo que durante un buen rato lo estuve ejerciendo en línea ¿Cuántos no tuvieron esa suerte?  ¿Cuántos incluso perdieron sus fuentes de ingresos?  Espero que para todos ellos, el año que viene, más los que falten por venir sean más prósperos. Tengo una pareja a la que amo con la que comparto un sinfín de intereses y diferencias que nos nutren, ya cuatro años más los que nos falten. Tenemos diversos planes por delante que esperamos realizar con gran empeño e ilusión.

Sí, varios proyectos están en espera pero a la vez pudieron surgir otros, tal vez de no estar en esta situación de confinamiento, nunca hubiera sabido lo que es trabajar desde casa, ni tomado tantos cursos,  la pasión por escribir tuvo que pausarse un poco ya que después de las jornadas que por momentos eran satisfactorias y por otros agotadoras, acababa pidiendo cerrar mis ojos y darles un descanso. 


Escribo esto desde el lugar donde comenzó este increíble viaje, mi oficina adaptada en casa a la que le invertí tiempo y recursos, donde he dejado una parte de mi alma, dentro de lo posible seguimos viajando: desde tener una vista impresionante del Nevado de Toluca, sumergirme en aguas turquesa en playas vírgenes en Huatulco hasta maravillarme con el cañón del Sumidero en Chiapa de Corzo y congelarme de lo lindo en San Cristóbal de las Casas. Todo esto quise poder escribirlo y publicarlo antes de que terminara el año 2022 pero la verdad quise disfrutarlo sin tanta tecnología de por medio y sólo vivir disfrutando de los momentos.


¡Gracias por todo y Feliz año 2023!