"Me pierdo en tu indescifrable mirada, a veces purpúrea como el firmamento de la madrugada, otras como las brillantes amatistas que en realidad son, en calma como las aguas del Nilo o turbulenta como el mar en picada. Me extravío en la fragante ébano de la cascada de tu cabellera y me dejo envolver por las misteriosas arenas del Sahara que son tus formas mientras deliro en el oasis de tus labios". Para Gemma de Jalil.
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