domingo, 15 de abril de 2018

Sueño vívido (Celeste)





La noche estaba en todo su esplendor, la luz de la luna era mi única compañía, sola en la inmensidad de la noche, indefensa ante su reinado y ante su poder, sólo esperaba que me diera el zarpazo final, o que tal vez por alguna inesperada decisión se compadeciera de mí, el cielo que hace unos momentos se perdía en intensas tonalidades violetas, naranjas y azules, ahora ha claudicado ante la hora más oscura tornándose completamente negro.

Las horas vuelven a transcurrir totalmente lentas, como si temieran avanzar, ¿se congelan de miedo?, ¿de frío?, no lo sé, mi mente ya no carbura más, se ha extraviado en la inmensidad de la batalla continua de la caída a la salida del sol, se ha perdido en los rocíos cristalinos del amanecer.
Cordura, ven a mí, rescátame del lugar a donde acabo de ir, poco a poco percibo los débiles latidos de mi corazón, mi pulso vuelve a ser normal, siento el calor confortable de una llama cercana y mis ojos están a punto de abrirse, ¿estoy ante las puertas del cielo?, ¿del infierno?, sea lo que sea, estoy a punto de averiguarlo.







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