domingo, 25 de febrero de 2018

El amor nuevo

Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo
Seudónimo: Amado Nervo (1870 Nayarit, México- 1919 Montevideo, Uruguay)


Todo amor nuevo que aparece
nos ilumina la existencia,
nos la perfuma y enflorece.


En la más densa oscuridad
toda mujer es refulgencia
y todo amor es claridad.
Para curar la pertinaz
pena, en las almas escondida,
un nuevo amor es eficaz;
porque se posa en nuestro mal
sin lastimar nunca la herida,
como un destello en un cristal.

Como un ensueño en una cuna,
como se posa en la ruina
la piedad del rayo de la luna.
como un encanto en un hastío,
como en la punta de una espina
una gotita de rocío...

¿Que también sabe hacer sufrir?
¿Que también sabe hacer llorar?
¿Que también sabe hacer morir?


-Es que tú no supiste amar...





miércoles, 21 de febrero de 2018

La sortija de amatista. Parte 2




Me intrigó el contenido de esa misteriosa bolsa, de modo que decidí hacer una breve pausa, me fui a la sala, encendí una vela aromática de lavanda, me serví una copa de vino y la coloqué en la mesa de centro en donde vacié lo que contenía: un atado de cartas cuyo papel amarillento evidenciaba que llevaban muchos años de resguardo, unas cuantas fotografías en blanco y negro con fecha al reverso del verano de 1944, en algunas se podía apreciar a un atractivo hombre vestido de militar; en otras, estaba acompañado por una encantadora mujer ataviada en un uniforme blanco.

Estudié las imágenes un rato; en unas, ambos miraban fijamente a la cámara y en otras, se veían entre sí con expresión soñadora, de enamorados sin lugar a dudas. Una captó aún más mi atención: parecía que se encontraban en un puente, él con su considerable estatura la abrazaba protectoramente con gesto apesadumbrado, ella, con la mirada baja que reflejaba una profunda tristeza, resultaba obvio que estaba contemplando una  escena de despedida.



Me volví hacia la mesa de centro, mi vista se fijó en una pequeña caja de terciopelo negro, la abrí, en su interior hallé un vistoso anillo de oro blanco con una amatista rodeada de brillantes.





lunes, 19 de febrero de 2018

Amor eterno


Gustavo Aldolfo Bécquer (1836 Sevilla, España- 1870 Toledo, España)




Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.







martes, 13 de febrero de 2018

Historia para el 14 de febrero (Del baúl del pasado)




Hay cosas que nos hubiera gustado que pasaran, pero por cobardía sencillamente de nuestra imaginación no pasan, podemos preguntarnos toda la vida porque no hicimos algo, porque no tuvimos el valor para atrevernos y morirnos sin saber la respuesta.
                                  
En una banca de un parque se encuentra un alma solitaria divagando acerca de que si el amor existe o si no era un invento de la imaginativa y ociosa mente humana, esto lo pensaba porque nunca lo había sentido. Al otro extremo se encontraba otra, pero ésta era todo lo contrario, el amor movía su mundo y aunque nunca se había encontrado a alguien especial, se la vivía enamorada de este sentimiento.

Pensamientos disparejos, emociones opuestas y destinos inciertos, ¿tendrán algo en común estos dos personajes?, a simple vista para nada, pero si vemos a fondo, ambos tienen miedo a demostrar que están enamorados, los dos están absortos en su propio mundo, en el que rara vez dejan entrar a alguien.

Pero un día como era de suponerse, sus miradas se encuentran, se analizan mutuamente, quizá tan profundamente hasta ver el más mínimo rincón de su pensar y sentir, sonríen porque el resultado fue de su agrado.

Todas las tardes se encuentran, se limitan únicamente a mirarse, no se hablan y al cabo de unos minutos que para ellos es una deliciosa eternidad, cada quien sigue su camino.

Ya los dos saben de memoria en que lugar se esperan y justamente el 14 de febrero, él le deja una rosa en la banca que siempre ocupa, ella la ve, la toma, le sonríe y se va.

Este ritual dura cinco años,  pero al sexto cuando él por fin está decidido a acercarse y declararle lo que siente, ella jamás aparece, la espera al año siguiente pero ella no regresa.


Transcurren los años, un hombre de pelo color plata y sin duda con experiencia a cuestas, llega al parque, se sienta en la misma banca donde lo hizo mucho tiempo atrás, una mujer con de idéntica descripción entra después y ocupa el asiento al que una tarde hace muchos ayeres no pudo llegar, de nuevo sus miradas se encuentran, se dan cuenta de que ya no son los mismos pero el brillo de sus ojos no los dejan dudar. Se acercan, se abrazan y se quedan a contemplar el atardecer hasta que el sueño los vence, sin importarles el frío del invierno.

Los primeros rayos del sol que anuncian el amanecer son testigos mudos de tan conmovedor escenario, dos cuerpos entrelazados han sucumbido al crudo viento invernal, él fue el culpable de robarles hasta el último suspiro.

Al verlos juntos, todos pensaron que eran esposos y así fue como los enterraron, lo que en vida no pudo ser, tal vez si lo sea en la muerte.






miércoles, 7 de febrero de 2018

Un oasis en el desierto. Parte 6



Hasta el momento,  mis padres se habían consagrado a arreglar los compromisos matrimoniales de mis dos hermanos mayores y mi hermana de en medio, por lo cual pude tener una relación con Gemma sin grandes contratiempos, así estuvimos por casi un año hasta que como era de esperarse, la atención se volcó en mí, nadie notaba que estaba distraído a pesar que ya empezaban a surgir rumores de mis salidas nocturnas pero no lo tomaron en serio, “es una extranjera”- decían, lo olvidará pronto, nunca creyeron que sucedería todo lo contrario.



Justo había pasado una semana de su confesión,  cuando mi padre anunció que en  dos días más iríamos a llevar a cabo la petición de mano, incluso ya tenían lista la dote en oro, todo el negocio ya estaba concretado, pronto mi vida estaría unida a la de una total desconocida, entonces supe que tenía que actuar de inmediato. Reuní y empaqué algunas de mis pertenencias: objetos personales y una considerable suma de dinero que había conseguido ahorrar (para tener más libertad de movimientos había entrado a trabajar en un negocio con un amigo), me escabullí y llegué al apartamento de Gemma, le dije  que estaba dispuesto a enfrentar a mi familia, presentarla como la mujer que amaba y si no la aceptaban me iría con ella, dejamos mi equipaje y emprendimos el camino a casa de mis padres.


Como era de esperarse, no consintieron nuestra relación y de seguir insistiendo me olvidaría de su apoyo, inclusive mi padre me negó tres veces, quedando así roto nuestro lazo, sentí un vacío en el estómago y que algo se me fragmentaba, pero en el momento que dejé aquella residencia  sosteniendo la mano de Gemma y que nuestras miradas se toparon, me sentí más vivo que nunca, tenía la vivaz certeza de estar actuando cabalmente, sí, aunque muchos consideren que perdí el buen juicio.

  
El 26 de julio de 1952 el rey Faruk abdicó y partió al exilio junto con toda su familia hacia Nápoles, Italia, la revolución liderada por Gamal Abdel Nasser había triunfado, muchos cambios siguieron los meses posteriores, a casi un año de ese acontecimiento, muchos extranjeros regresaron a sus respectivas patrias, eso estaba pasando justo cuando me armé de valor para decidir mi propio destino.


Al día siguiente en que tomé la decisión definitiva de seguir a lo que realmente sentía, Gemma se fue a Inglaterra y yo permanecí un tiempo más en Egipto, más que nada para ver la forma de seguir con el negocio que ya tenía junto a un muy buen amigo que hice en Oxford, unos meses después trasladamos la operación a tierras británicas, al reencontrarnos,  me di cuenta que tenía que ser un hombre digno para ella, aún cargaba en mi conciencia lo que concernía a un buen caballero musulmán, y mucho tenía que ver con ser un buen proveedor.


En otros asuntos, ya antes la había acompañado a una cacería en mi país, después la seguí en las que tuvieron lugar en su territorio, con el tiempo cualquier dejo de culpa quedó nulificado y muy pronto estuve preparado para dar el siguiente paso. Jalil Abbud




lunes, 5 de febrero de 2018

¿Deseas que te amen?

Edgar Allan Poe (1809-1849, EUA)

 
¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
El rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
Y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
Tu gracia, tu bellísimo ser,
Serán objeto de elogio sin fin
Y el amor... un sencillo deber. 





viernes, 2 de febrero de 2018

En ofrenda a Tláloc


Un día como hoy antes de la llegada de los españoles, el pueblo mexica de todos los estratos sociales visitaban los diferentes templos dedicados a nuestro señor de la lluvia y la fertilidad, el dios Tláloc, ofreciendo tamales, tamalli (envuelto) y la bebida de  atole, atolli (aguado), para pedir sus favores, ya que se marcaba el inicio del ciclo agrícola.

No sólo para él era la ofrenda, también para los tlaloque (néctares de la tierra) ayudantes que se encargaban de repartir las vasijas de lluvia por los cuatro puntos cardinales:


Opochtli (zurdo) le correspodía el Norte.
Nappatecuhtli (cuatro veces señor), hacia el Este.
Yauhqueme (vestido de pericón), hacia el Oeste.
Tomiyauhtecuhtli (señor de nuestras espigas) hacia el Sur. 



jueves, 1 de febrero de 2018

Imbolc (en el ombligo)

Entre Yule y Ostara...


A pesar de que los días siguen siendo más cortos y las noches más largas, la oscuridad sigue reinando, ya comienzan los primeros deshielos, la fauna y la flora empiezan a desperezarse de un letargo que pareciera eterno, empiezan a celebrarse los primeros destellos de luz, comienza el renacimiento del dios Sol.

Las primeras antorchas iluminan las calles, en representación de la propia iluminación e inspiración de la mente y alma humanas, de la luz y el calor del próximo arribo del equinoccio de primavera, en casi todas las casas se encienden velas rojas, blancas, y amarillas, un olor a incienso de jazmínes y rosas el ambiente se ha impregnado, compartiendo las bebidas propias de esta festividad: vino, leche, jugos de frutas.

La fiesta de las luces ha iniciado, en honor a Brigid hemos brindado, para que nos proporcione inspiración, sanación y calor el resto del año. Miranda McDowell