miércoles, 21 de febrero de 2018

La sortija de amatista. Parte 2




Me intrigó el contenido de esa misteriosa bolsa, de modo que decidí hacer una breve pausa, me fui a la sala, encendí una vela aromática de lavanda, me serví una copa de vino y la coloqué en la mesa de centro en donde vacié lo que contenía: un atado de cartas cuyo papel amarillento evidenciaba que llevaban muchos años de resguardo, unas cuantas fotografías en blanco y negro con fecha al reverso del verano de 1944, en algunas se podía apreciar a un atractivo hombre vestido de militar; en otras, estaba acompañado por una encantadora mujer ataviada en un uniforme blanco.

Estudié las imágenes un rato; en unas, ambos miraban fijamente a la cámara y en otras, se veían entre sí con expresión soñadora, de enamorados sin lugar a dudas. Una captó aún más mi atención: parecía que se encontraban en un puente, él con su considerable estatura la abrazaba protectoramente con gesto apesadumbrado, ella, con la mirada baja que reflejaba una profunda tristeza, resultaba obvio que estaba contemplando una  escena de despedida.



Me volví hacia la mesa de centro, mi vista se fijó en una pequeña caja de terciopelo negro, la abrí, en su interior hallé un vistoso anillo de oro blanco con una amatista rodeada de brillantes.





No hay comentarios:

Publicar un comentario