martes, 30 de enero de 2018

Al acecho...


" En estas calles por lo general, encuentro a mis presas, mis sentidos agudos me llevan hacia ellas con facilidad, quisiera que ofrecieran algo de resistencia pero son atraídas sin remedio. Se dan cuenta demasiado tarde que una vez en mis manos, no vivirán para contarlo, entonces intentan pelear, ja, ja, ja, me divierte que lo hagan, esa adrenalina le da mejor sabor a su sangre pero no soy tan cruel, sólo me alimento de los que hacen un gran daño a la sociedad, así no lo aparenten y han escapado a la justicia, quizá no me corresponde ejercerla de ese modo, pero, para todo cazador hay una presa". Gauthier







domingo, 28 de enero de 2018

Epílogo Madrugada Febril



Otro año más de zozobra, sé que pronto terminará, de nuevo tengo que empacar, en esta ocasión voy al otro lado del mundo, el paisaje que antes estaba tapizado de hojas secas y amarillas, ahora pequeños copos de nieve han formado una alfombra blanca.



Me pongo el abrigo, me envuelvo una bufanda alrededor del cuello, me pongo los guantes, bajo mi equipaje a la sala, de pronto ella entra, me abraza y me dice que todo saldrá bien, colocamos las maletas en la cajuela del auto.



El camino al aeropuerto me parece eterno, igual que el tiempo que esperamos para que anuncien nuestro vuelo, cuando por fin abordamos el avión ella me toma de la mano, me besa delicadamente en los labios, me recargo en su hombro, su contacto me hace sentir tranquila.



Llegamos en la noche a nuestro destino, nos hospedamos en un hotel cercano al aeropuerto, al día siguiente, alquilamos un auto para dirigirnos a donde debemos llegar finalmente, dejamos atrás la ciudad para adentrarnos en una hermosa zona boscosa, cierro los ojos y muchos recuerdos vienen a mi mente.



Nos detenemos frente a una mansión de aspecto gótico, un par de personas conocidas viene a nuestro encuentro, después de intercambiar saludos, nos ayudan a llevar nuestro equipaje adentro. Saludamos al resto de nuestros amigos, el interior de la casa es sumamente confortable, los adornos del árbol y las llamas de la chimenea iluminan la estancia.



Después de un rato de amena charla, sé que se aproxima el momento que he estado esperando por siglos, ¡ojalá pueda tener las palabras adecuadas!, espero no trabarme, espero que fluyan tan ligeramente como cuando las plasmo en un papel. De pronto todos voltean hacia las escaleras que dan a la planta alta, el momento ha llegado, no queda nada ni nadie que pueda impedirlo.



Tengo una charla interna conmigo misma, “tranquila, es hoy y más que nunca que necesitas toda esa serenidad en la que has estado trabajando, no te sientas mal si hay un rechazo de su parte, sería algo de lo más natural, necesitará tiempo para asimilar toda esta historia, el destino es caprichoso y nos conduce por caminos insospechados, requerirás armarte de toda la paciencia y comprensión posibles, de ese modo le harás saber que estarás ahí siempre que lo necesite”.










jueves, 25 de enero de 2018

La sortija de amatista. Parte 1



Tenía las emociones encontradas; por un lado, estaba que desbordaba de felicidad y por otro me surgía un cierto temor por lo desconocido, sería la primera vez que saldría del país y contaba con muy poco tiempo para tenerlo todo en orden.

Recuerdo cuando llegaba apurada a mi departamento para encender la computadora para revisar mi correo electrónico, ansiaba tener una pronta respuesta y por fin había llegado: la beca para estudiar esa añorada maestría en Canadá me fue concedida.
Mi roomie se alegró por mí aunque percibía algo de tristeza cuando me veía empacando cajas y en el ir y venir haciendo tramites; la entendía, también me había acostumbrado a su compañía; sobre todo aquellos suculentos desayunos para empezar el día, los fines de semana de Netflix, palomitas de maíz y tragos coquetos, en fin, la complicidad que fue generando con la convivencia diaria.

En medio del relajo, me di un fin de semana tranquilo para seguir guardando cosas, puse mi paylist, me serví una copa de vino, mi clóset ya estaba vaciado, me percaté sin querer de un compartimiento secreto en uno de los cajones, no le había prestado atención hasta ahora, intenté abrirlo, fui por la herramienta que teníamos guardada en una gaveta de la cocina, me estaba costando demasiado trabajo abrirla aunado a que no soy muy diestra en estos menesteres, estuve a punto de darme por vencida pero mi curiosidad pudo más (eso fue bueno, porque de no haber sido así no habría historia), al destaparla por fin, di con una bolsa de cuero marrón bastante desgastada, la saqué con cuidado y procedí a vaciarla…






martes, 23 de enero de 2018

Transformación

"A pesar de su advertencia, me tomó tiempo, confiaba en sus palabras, en sus conocimientos pero en un rincón de mi mente seguía estando el miedo, poco a poco fui saliendo de la cueva, de mi escóndite que había sido estos últimos días.

De pronto sentí la tibia caricia de los rayos solares sobre mi piel cobriza, mi guía tuvo razón, no me calcinaron. Ambos astros que rigen el día y la noche, a partir de ahora me guiarán en esta nueva aventura que estoy por iniciar, aunque, con toda seguridad, me han acompañado desde siempre.

Un ciclo terminaba, tanto para mí como para el mundo que conocía, el imperio que me cobijó ya no existía, los dioses nos abandonaron, o más bien se transformaron, nos dejaban a nuestra suerte pero a la vez siguieron entre nosotros, quizá esperando el momento de resurgir con la misma fuerza de antes.

De pronto todo se volvió de nuevo negro, me desvanecí, a lo lejos alcancé a escuchar una voz que ya no pude identificar"...








 

viernes, 19 de enero de 2018

Crónica de una condena (Flor de Luna)




VISITA INESPERADA

Ciudad de México, Viernes 28 de Diciembre 2012
01:00 am

Nochebuena la pasé sola; sin embargo, la mañana de Navidad, Miranda me dio la grata sorpresa de arribar sin avisarme, no es que no lo hubiera hecho antes, pero ahora todo tenía un sabor especial, después de instalarse y tomarnos una buena taza de ponche navideño, que le había encantado desde la primera vez que lo probó conversamos de temas triviales, incluso hicimos algunos chistes acerca de la paranoia de la gente que creyó que precisamente ese año el mundo terminaría, no soy una experta del mundo maya, pero sólo se trataba del fin de una era, como tantas otras veces había ocurrido.

Emprendimos un viaje corto al Nevado de Toluca y al día siguiente fuimos al Ajusco, nos alcanzaron una pareja de amigos que yo consideraba como familia y nos enfrascamos en una guerra de bolas de nieve, con Miranda la diversión siempre estaba garantizada, regresamos muy tarde, apenas llegamos al departamento, nos dimos cuenta que estaba estacionado enfrente un vehículo que no se nos hizo conocido aunque el aroma que impregnó el ambiente sí, ese dejo a jazmines de Oriente Medio era inconfundible. Enfundada en un abrigo color arena y con la oscura cabellera ondeando en el frío de la madrugada, nos saludó con la sonrisa serena de siempre Gemma Waldorf, iba sola y sin equipaje, lo cual indicaba un viaje rápido y muy concreto, ni como negarlo, había logrado inquietarnos.

Después de los saludos, algunas bebidas y conversación trivial, llegamos al punto del asunto que la había llevado a realizar un viaje tan precipitado, más aun en estas fechas cuando ella era muy dada a festejar en familia, como leyéndome el pensamiento, dijo por fin:

-      Perfectamente sabes que para mí todos ustedes son familia aunque no lleven mi apeido ni vivan conmigo- esbozó esa sonrisa que desarmaba pero a la vez tanta confianza proyectaba.
-      Disculpa, aún no me acostumbro- solté apenada.
-      Siglos de conocernos y ¿todavía lo dudas?- asestó soltando una leve risa.
-      Es precisamente su manera de “sonrojarse”, una de las características que tanto me atrae- intervino Miranda.
-      Ya te consideraba parte del clan aún antes de que decidieras unir tu existencia con alguno de sus miembros más antiguos- confesó Gemma.
-      Gracias, aunque no creo que felicitarnos por nuestra boda sea el único motivo de tu presencia en nuestra casa- espeté de repente.
-      A la cual siempre serás bienvenida- suavizó Miranda.
-      Es verdad, también viene a entregarles uno de sus regalos por adelantado, es el viaje de luna de miel a la Polinesia Francesa, el diseño de sus trajes de novia correrá por mi cuenta, eso ya lo deberían dar por sentado- anunció Gemma sin perder su habitual estoicismo.

Luego de los agradecimientos pasamos al tema que nos competía y no me sorprendió tanto escuchar lo que venía a continuación:


-      Hace tiempo que sospechaba de las intenciones de Gauthier, así que comencé una investigación por mi cuenta; de igual forma, di con el paradero de varios clanes de licántropos, inclusive pacté algunos acuerdos con la mayoría de los que conocí, no les interesa iniciar enfrentamiento con nadie, quieren llevar su vida lo más normal que sea posible, al parecer los que significaban una amenaza han sido erradicados, pero de todas maneras, me gustaría que acopláramos la información que tenemos- concretó con cierta expresión imperiosa.
-      Por supuesto, podríamos revisarla en mi estudio ahora- declaré.
-      Tampoco es absolutamente necesario que sea ya- atenuó con la sonrisa pacífica que había perdido hace unos segundos.
-      Podría ser mañana entonces, en lo que concierne a Gauthier…-
-      Sé que desde hace algún tiempo no encuentra sentido a seguir entre nosotros, a nadie se le debe obligar a seguir existiendo, lo sé por experiencia; así que ese asunto, lo dejo totalmente en tus manos, te tiene esa confianza y honestamente, no podría llevarlo a cabo- confesó con gesto apesadumbrado.
-      ¿No estás en contra?- quise asegurarme.
-      Nunca lo he estado, aunque deberás saber que al no estar él, tendrás que ocupar su lugar en nuestro Consejo, eres la que sigue en antigüedad y eres de su mismo elemento, es como debe estar conformado, no alterará tu ritmo de vida, nos reunimos sólo que cuando es  en realidad apremiante- explicó persuasivamente.
-      Será un honor, eso es seguro- acepté.
-      Miranda te instruirá en lo que sea necesario, será tu bienvenida oficial en nuestra familia- declaró Gemma.



Dicho esto, Miranda se fue de la sala, tardó unos minutos en regresar, supuse que había ido a su habitación, a su retorno, trajo consigo una cajita de terciopelo azul, en su interior había un anillo en oro blanco con aleación de amarillo para la forma de los rayos solares, incrustaciones de brillantes, dos pequeño zafiros, la principal era una piedra lunar, fue cuando me lo entregó y comenzó el discurso:

-      Precisamente tenía planeado entregártelo en éstas fechas pero te adelantaste en la ceremonia de Litha, la Luna y el Sol hacen referencia a las pirámides de Teotihuacán, los zafiros, al gran lago de Texcoco en donde se asentó la cultura que te adoptó y aprovechando que se encuentra Gemma y es lo más cercano que tengo a un pariente, sello de esta manera mi compromiso contigo- me lo puso en el dedo anular de la mano izquierda y nos besamos.

Terminamos el festejo con un brindis, el día siguiente nos dedicamos a comparar la información con la que Gemma y yo contábamos, al principio no notamos nada diferente, hasta que un par de nombres que figuraron en las bases de datos llamaron nuestra atención, en ese momento no imaginamos en qué medida tendrían peso en nuestros futuros “dolores de cabeza”. 








domingo, 14 de enero de 2018

Proyecto de vida (Del baúl del pasado)



¿Qué voy a hacer con mi vida?, esa es la eterna pregunta que me hago a diario, junto con otras millones de personas, más a esta edad, en este nivel universitario sobretodo cuando falta poco para concluirlo, tratas de ver al futuro y todo parece tan incierto y efímero.



La mayoría de nosotros cuando éramos niños estábamos cien por ciento seguros de lo que queríamos hacer, que carrera seguir, como sería la casa de nuestros sueños, una linda familia y un perro. Todavía al llegar a la secundaria seguimos teniendo los mismos ideales quizá con algunas modificaciones pero la esencia era la misma.



En la preparatoria surgen las dudas, cambian los planes, conocemos otras cosas, todo aquello que creímos seguro se tambalea, nos damos cuenta que es de sabios cambiar de opinión, al terminar esta etapa hay confusión y es cuando algunos nos tomamos un tiempo para reflexionar que camino seguir, a este lapso se le conoce como “año sabático”.



Una vez superado este periodo, con la mente despejada y el panorama más claro, elegimos una profesión que nos agrada y que además nos resulta provechoso.



Yo elegí Relaciones Económicas Internacionales porque me pareció una carrera muy completa e interesante, me fascina aprender sobre la cultura de otros países y no se diga de los idiomas.



A pesar de estar segura de mi elección, aun no sé a ciencia cierta que voy a hacer mas adelante porque hay un sinfín de actividades que quisiera realizar, además soy de esas personas que casi no planean porque tengo la convicción de que las mejores cosas de la vida no se planean, me gusta que cada día sea una sorpresa.



Estoy conciente que este trabajo trata de mi proyecto de vida, no se alteren porque eso es lo que leerán. Espero no decepcionarlos.





Una de las cosas que yo más deseo es trabajar en alguna embajada o consulado o en una organización social, quiero ser una persona que pueda hacer algo positivo por este mundo y sobre todo por los seres humanos que viven en él.



También quisiera fundar un hotel en algún bello y recóndito destino turístico, (específicamente un puerto), pienso que el mar es una fuente interminable de paz e inspiración.



Tengo un sueño secreto que por supuesto me encantaría llevar a cabo, siempre quise escribir, desde muy chica inventaba historias pero sólo hace unos años se me ocurrió plasmarlas y mandar un par de ellas a concursos, sé que lograr que se publiquen y capten la atención de la gente va a ser una tarea difícil pero no imposible, espero lograrlo algún día. 



Otras de mis metas es viajar por todo el mundo, conocer todas esas exóticas, místicas y fascinantes culturas sobre las que he leído, ver amaneceres y ocasos en lugares donde nunca me hubiera imaginado estar.



He pensado que si el destino me premia con buena fortuna poderle regresar a la vida lo bueno que me dé, empezando por mi madre y mi hermana que me han apoyado a lo largo del camino, también quisiera ayudar a otras personas en desgracia a través de fundaciones.



En cuanto a casarme y tener una familia, sinceramente es algo que no he vislumbrado, ni siquiera en mi infancia aunque no lo descarto del todo, pero es algo que no me emociona o que no me muero por tener, tal vez porque no he encontrado a la persona con la que pueda ser yo misma y que no busque que cambie de idea respecto a como yo quiero formar una familia, tengo la firme idea de que eso llega cuando menos lo esperas y si no por algo será, yo creo que todo tiene una razón de ser.



Sé que todos tenemos estas crisis existenciales, muchos se desahogan hablando, yo lo hago escribiendo, para mi es el mejor medio de expresión para hacerlo.