martes, 2 de enero de 2018

Un oasis en el desierto. Parte 5

Me habían relatado historias, viejas leyendas de la mitología del Antiguo Egipto, a mi jaddati le encantaba contárnoslas, la más sonada fue cuando se desató la ira de Sejmet "la terrible", la diosa de la guerra y la venganza, aunque también de la curación. Su enojo se debió a una rebelión de los hombres contra los dioses, dio lugar a un gran derramamiento de sangre, la diosa le tomó gusto, por lo cual no pudo detenerse a sólo tomar la de los rebeldes, esa sed pudo calmarse con un brebaje de color y sabor parecido al de la sangre que tanto le gustaba.

De igual forma, nuestros ancestros le temían a un gran "pájaro bebedor de sangre", el cual, era la reencarnación de un ajusticiado que tomaba esa forma para vengarse en los hijos de sus asesinos durante la noche.

En mis años universitarios en Oxford; sobretodo, cuando el clima no era muy favorable, parte de mi entretenimiento consistió en enclaustrarme en la biblioteca para leer este tipo de historias. Pasé por los utukuu (demonios mesopotámicos que podían ser buenos o malos), los Jian Shi de China, los guls árabes, los vetala de la India, las lamias de la Antigua Grecia, las leyendas rumanas de los strigoi, los no vivos que asolaron los Cárpatos y el muy temido príncipe Vlad Tepes, quien fue la fuente de inspiración para Bram Stocker al escribir su famosa novela Drácula. Nada de lo anterior me había preparado para tener frente a mí al mito viviente; más inverosímil todavía, a enamorarme de el.

Al principio escuché a Gemma con algo de incredulidad, luego con fascinación, ahora muchas cosas tenían explicación. Procedía de una tribu que en un principio sólo practicó magia blanca, después se adentraron en la oscura, por vengar a sus protectores, ella tenía que ser la elegida para tal transformación, una profecía lo indicaba, fue instruida para ello y luego, dejada a su suerte.

Tuvo que aprender a valerse sola, a desarrollar sus habilidades, siempre tuvo instinto protector, por lo cual, convirtió a los únicos dos sobrevivientes a la Inquisición que pertenecieron a esa familia que los protegió, los educó hasta donde pudo, más tarde, cada quien siguió su camino.

Alguna vez contrajo matrimonio con un noble inglés muy rico que siempre sospechó de su verdadera naturaleza pero nunca quiso confirmarlo, al morir le heredó a ella cuanto poseía, con el pasar de los siglos aquella fortuna se incrementó haciéndola una mujer totalmente independiente, después de varias décadas conoció al primer amor de su vida, se apresuraron y de inmediato lo convirtió, unos años más tarde, él se arrepentiría, le rogaría que terminara con su existencia, a lo que accedería muy a su pesar, su intuición había fallado, siendo así su primer fracaso sentimental.

- Como supondrás debo ser aún más cuidadosa al elegir a mi pareja, quien quiera estar conmigo deberá saber a que se enfrenta y lo que va a dejar atrás-.

- Entiendo, explícame, ¿a qué tendría que renunciar?-.

- La posibilidad de una vida humana normal, envejecer con tu familia, tener descendencia y por supuesto está la parte que involucra nuestra alimentación, nos guíamos por un precepto con el que llevamos siglos-.

- ¿Cuál es?-.

- Es nuestra forma personal de hacer justicia cuando la impuesta por lor mortales falla, nuestras presas son lo peor de la humanidad, a veces los atrapamos cuando están haciendo alguna fechoría-.

- No me parece tan descabellado-.

- Tendrías que estar en una cacería para comprobarlo-.

- Gemma, prácticamente mi destino ha estado arreglado desde que nací, he estado ahogado en vida queriendo protestar, nunca creí encontrarme con alguien tan fascinante que me impulsara a rebelarme, quiero compartir tu existencia-.

- Debes pensarlo bien, en dos meses más me iré, la situación política actual en Egipto ha orillado a muchos extranjeros a regresar a su país, una vez que tomes la decisión final, difícilmente habrá retorno-.

- Está bien, me tomaré un tiempo, será breve, lo prometo-.

- El que requieras, aunque considero necesario que en ese lapso me acompañes a una ida de caza, así se reforzará tu determinación-.

Me fui de su apartamento con la mente y las emociones cruzadas, estaba enamorado, no había duda, pero, ¿sería tan terrible su existencia como para meditar tan a fondo?, un hecho que tendría lugar una semana después de su confesión, el cual, contribuiría a acelerar mi decisión.

Jalil Abbud.









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