domingo, 28 de enero de 2018

Epílogo Madrugada Febril



Otro año más de zozobra, sé que pronto terminará, de nuevo tengo que empacar, en esta ocasión voy al otro lado del mundo, el paisaje que antes estaba tapizado de hojas secas y amarillas, ahora pequeños copos de nieve han formado una alfombra blanca.



Me pongo el abrigo, me envuelvo una bufanda alrededor del cuello, me pongo los guantes, bajo mi equipaje a la sala, de pronto ella entra, me abraza y me dice que todo saldrá bien, colocamos las maletas en la cajuela del auto.



El camino al aeropuerto me parece eterno, igual que el tiempo que esperamos para que anuncien nuestro vuelo, cuando por fin abordamos el avión ella me toma de la mano, me besa delicadamente en los labios, me recargo en su hombro, su contacto me hace sentir tranquila.



Llegamos en la noche a nuestro destino, nos hospedamos en un hotel cercano al aeropuerto, al día siguiente, alquilamos un auto para dirigirnos a donde debemos llegar finalmente, dejamos atrás la ciudad para adentrarnos en una hermosa zona boscosa, cierro los ojos y muchos recuerdos vienen a mi mente.



Nos detenemos frente a una mansión de aspecto gótico, un par de personas conocidas viene a nuestro encuentro, después de intercambiar saludos, nos ayudan a llevar nuestro equipaje adentro. Saludamos al resto de nuestros amigos, el interior de la casa es sumamente confortable, los adornos del árbol y las llamas de la chimenea iluminan la estancia.



Después de un rato de amena charla, sé que se aproxima el momento que he estado esperando por siglos, ¡ojalá pueda tener las palabras adecuadas!, espero no trabarme, espero que fluyan tan ligeramente como cuando las plasmo en un papel. De pronto todos voltean hacia las escaleras que dan a la planta alta, el momento ha llegado, no queda nada ni nadie que pueda impedirlo.



Tengo una charla interna conmigo misma, “tranquila, es hoy y más que nunca que necesitas toda esa serenidad en la que has estado trabajando, no te sientas mal si hay un rechazo de su parte, sería algo de lo más natural, necesitará tiempo para asimilar toda esta historia, el destino es caprichoso y nos conduce por caminos insospechados, requerirás armarte de toda la paciencia y comprensión posibles, de ese modo le harás saber que estarás ahí siempre que lo necesite”.










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