¿Qué
voy a hacer con mi vida?, esa es la eterna pregunta que me hago a diario, junto
con otras millones de personas, más a esta edad, en este nivel universitario
sobretodo cuando falta poco para concluirlo, tratas de ver al futuro y todo
parece tan incierto y efímero.
La
mayoría de nosotros cuando éramos niños estábamos cien por ciento seguros de lo
que queríamos hacer, que carrera seguir, como sería la casa de nuestros sueños,
una linda familia y un perro. Todavía al llegar a la secundaria seguimos
teniendo los mismos ideales quizá con algunas modificaciones pero la esencia
era la misma.
En
la preparatoria surgen las dudas, cambian los planes, conocemos otras cosas,
todo aquello que creímos seguro se tambalea, nos damos cuenta que es de sabios
cambiar de opinión, al terminar esta etapa hay confusión y es cuando algunos
nos tomamos un tiempo para reflexionar que camino seguir, a este lapso se le
conoce como “año sabático”.
Una
vez superado este periodo, con la mente despejada y el panorama más claro,
elegimos una profesión que nos agrada y que además nos resulta provechoso.
Yo
elegí Relaciones Económicas Internacionales porque me pareció una carrera muy
completa e interesante, me fascina aprender sobre la cultura de otros países y
no se diga de los idiomas.
A
pesar de estar segura de mi elección, aun no sé a ciencia cierta que voy a
hacer mas adelante porque hay un sinfín de actividades que quisiera realizar,
además soy de esas personas que casi no planean porque tengo la convicción de
que las mejores cosas de la vida no se planean, me gusta que cada día sea una
sorpresa.
Estoy
conciente que este trabajo trata de mi proyecto de vida, no se alteren porque
eso es lo que leerán. Espero no decepcionarlos.
Una
de las cosas que yo más deseo es trabajar en alguna embajada o consulado o en
una organización social, quiero ser una persona que pueda hacer algo positivo
por este mundo y sobre todo por los seres humanos que viven en él.
También
quisiera fundar un hotel en algún bello y recóndito destino turístico,
(específicamente un puerto), pienso que el mar es una fuente interminable de
paz e inspiración.
Tengo
un sueño secreto que por supuesto me encantaría llevar a cabo, siempre quise
escribir, desde muy chica inventaba historias pero sólo hace unos años se me ocurrió
plasmarlas y mandar un par de ellas a concursos, sé que lograr que se publiquen
y capten la atención de la gente va a ser una tarea difícil pero no imposible,
espero lograrlo algún día.
Otras
de mis metas es viajar por todo el mundo, conocer todas esas exóticas, místicas
y fascinantes culturas sobre las que he leído, ver amaneceres y ocasos en
lugares donde nunca me hubiera imaginado estar.
He
pensado que si el destino me premia con buena fortuna poderle regresar a la
vida lo bueno que me dé, empezando por mi madre y mi hermana que me han apoyado a lo largo
del camino, también quisiera ayudar a otras personas en desgracia a través de fundaciones.
En
cuanto a casarme y tener una familia, sinceramente es algo que no he
vislumbrado, ni siquiera en mi infancia aunque no lo descarto del todo, pero es
algo que no me emociona o que no me muero por tener, tal vez porque no he
encontrado a la persona con la que pueda ser yo misma y que no busque que cambie de idea respecto a como yo quiero formar una familia, tengo la firme idea de
que eso llega cuando menos lo esperas y si no por algo será, yo creo que todo
tiene una razón de ser.
Sé
que todos tenemos estas crisis existenciales, muchos se desahogan hablando, yo
lo hago escribiendo, para mi es el mejor medio de expresión para hacerlo.
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