Ha llegado Samhain, el fin del verano, la cosecha de los frutos de la Madre Tierra, el ocaso de la luz, hoy como hace 800 años hacemos el mismo ritual, los elementos que dan origen a la vida celebran a la muerte.
Vestidas de blanco, alrededor del caldero, el ambiente impregnado a copal, sándalo y mirra, en la ofrenda los alimentos son abundantes: pan de jengibre, manzanas, nueces, calabazas, peras, remolachas, nabos y desde luego, el vino y la sidra especiados no pueden faltar.
Nos hemos turnado todos los años, en esta ocasión como muchos siglos atrás me ha tocado a mi el honor de presidir el ritual:
Con todos los elementos dispuestos, me dispongo a comenzar:
Hacia las tierras del eterno verano, aguardando tu regreso
También señalo el paso de los que se han ido y se irán después
Oh bendita y amada Diosa eterna, tu que das nacimiento a los caídos
Guía mis pasos en la oscuridad, protégeme y ayúdame a comprender
Tus misterios, enséñame que así como de la oscuridad nace la luz
El ciclo renace eterno y por siempre.
Creo este fuego dentro de tu caldero
Para transformar lo que me está atormentando.
Que las energías sean revertidas
¡De oscuridad, luz!, ¡De mal, bien!
¡De muerte a nacimiento!
Antes tenía lugar algún arte adivinatorio, ahora sólo nos concretamos a hacer las paces con nuestro pasado, con todo aquello que nos aqueja, de depesprendernos de lo que nos duela, de dejar ir, de recordar a nuestros antepasados.
Feliz Samhain a todos les desea, Miranda MacDowell, mejor conocida como la guardiana celta del bosque.