Ya sea bajo la lluvia, bajo el rayo perenne del sol o la luz de plata de la luna, con la caricia de la brisa marina que anuncia el verano o el vaho inhóspito de invierno, es lo de menos el clima o el lugar al besar esos labios que prometen unos minutos en el paraíso que quisiera fueran a perpetuidad, pasar mis manos por esa cabellera de seda oscura y el remate perfecto: contemplar el par de ópalos negros que coronan una mirada de duende travieso...
martes, 17 de octubre de 2017
Amor mediterráneo
Ya sea bajo la lluvia, bajo el rayo perenne del sol o la luz de plata de la luna, con la caricia de la brisa marina que anuncia el verano o el vaho inhóspito de invierno, es lo de menos el clima o el lugar al besar esos labios que prometen unos minutos en el paraíso que quisiera fueran a perpetuidad, pasar mis manos por esa cabellera de seda oscura y el remate perfecto: contemplar el par de ópalos negros que coronan una mirada de duende travieso...
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