Mes de Agosto, hermoso mes, ¡pues claro! Es el de mi cumpleaños, en donde nacen algunos geniales signos de Fuego y Tierra, un mes cálido, ¡vaya ironía! A mí que me encanta el frío, de hecho mi inspiración fluye mejor.
Agosto es uno de los meses del verano en que abre sus pétalos la flor que ha inspirado a uno de mis personajes, la Ipomea bona nox; en español, Flor de Luna, justo en la fase de la Luna llena florece bajo el firmamento nocturno expidiendo un embriagador aroma, toda esa noche alcanza su máximo esplendor y se marchita en las primeras horas del amanecer.
¿Extraño nombre para una inmortal?, tal vez, más cuando una vez obtenida ésta condición, los rayos del Sol no le hacen ningún daño, hay muchas contradicciones en su existencia pero al igual que la vida mortal está plagada de ellas y es lo que hará interesante su eterna condena o quizá con el pasar de los siglos, la condena se convierta en agradecimiento o resignación.
Haciendo a un lado al personaje de ficción, aprovecho para agradecer mi actual estancia en el tercer piso de la existencia humana, me faltan sueños por realizar, lugares por conocer y experiencias por disfrutar, en cuanto a la persona que me inspira, sé que ya se encuentra en buena compañía, sólo me queda desear que lo disfrute el tiempo que tenga que ser; porque, a excepción de mis personajes, nada es eterno y aún así ellos tampoco tienen la inmortalidad asegurada.
Agosto es uno de los meses del verano en que abre sus pétalos la flor que ha inspirado a uno de mis personajes, la Ipomea bona nox; en español, Flor de Luna, justo en la fase de la Luna llena florece bajo el firmamento nocturno expidiendo un embriagador aroma, toda esa noche alcanza su máximo esplendor y se marchita en las primeras horas del amanecer.
¿Extraño nombre para una inmortal?, tal vez, más cuando una vez obtenida ésta condición, los rayos del Sol no le hacen ningún daño, hay muchas contradicciones en su existencia pero al igual que la vida mortal está plagada de ellas y es lo que hará interesante su eterna condena o quizá con el pasar de los siglos, la condena se convierta en agradecimiento o resignación.
Haciendo a un lado al personaje de ficción, aprovecho para agradecer mi actual estancia en el tercer piso de la existencia humana, me faltan sueños por realizar, lugares por conocer y experiencias por disfrutar, en cuanto a la persona que me inspira, sé que ya se encuentra en buena compañía, sólo me queda desear que lo disfrute el tiempo que tenga que ser; porque, a excepción de mis personajes, nada es eterno y aún así ellos tampoco tienen la inmortalidad asegurada.
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